Valencia, punto geográfico de la Tierra, acaba de ser la célula inicial de la unión artística entre los extremos donde aparece la fuente de la vida, el Sol, y donde se pone. Lo que se denomina la mocedad y la madurez. Los de allá y los de acullá.

Y dentro de esa célula, un espacio expositivo para mostrar esa diversidad, la galería recién estrenada O + O y una coordinadora de ideas y estetas que no podía ser menos una mujer con los mismo que los artistas, ella también lo es, Enriqueta Hueso.

Lo cierto es que la sala de Benimaclet O + O va por su tercera edición con artistas de la China y de España. Esta exposición, que está a punto de ser presentada, de buen seguro contará con pintores, grabadores, escultores y fotógrafos de exquisitas calidades y contrastes, a tenor de lo comprobado en la primera y segunda ediciones.

China y España, unidas por el Arte, Oriente y Occidente. Aquéllos, representantes milenarios del Albar, quiénes también se les conoce como seres de brillo especial y se les compara con las perlas y éstos, los nuestros, por su base cromatística y sus grandes evoluciones más suficiencia energética no se les debe representar como al célebre anciano de túnica negra. Si con el cinto ceñido y con los signos de Génesis, Libra y Acuario, con todo su significado, y el Éspero en todo la alto, con la conocida estrella de la tarde-noche.

No hay duda oriente es el principio de la civilización: Babilonia, Egipto, Asiria, Palestina… con una capital, Constantinopla y también todas esas naciones y pueblos de semejantes caracteres semánticos y de todo tipo; si bien, por eso, China e India pudieron sobrevivir a espaldas del mundo, quedado sus miles de kilómetros para nada sirvieron los ataques externos y las influencias de la otra parte del mundo. Es más el imperio amarillo echó el cerrojo con sus fronteras amuralladas.

Enriqueta Hueso, la directora, ha sabido llamar a esa puerta lejana, se ha traído una selección de artistas para luego responder con un envío de nuestros mejores pinceles, haciendo real aquella frase filosófica que decía: Oriente y Occidente es lo mismo. Ha dejado de existir aquella línea imaginaria y divisora entre las antiguas Cirenaica y Tripolitania que cruzaba África o la europea entre los rìos Drin y Barbona.
Y si un día hubo capital de la parte de Occidente, Roma; Oriente tuvo su Bizancio y el Oriente lejano, el que nos ocupa, las ciudades chinas e indias. Hoy es Valencia la que impera por su misión de unir los dos puntos cardinales tan extremos.
Y nada mejor que esta nueva galería o espacio o lugar expositivo que lleva el nombre de las dos oes más expresivas y abarcadoras se pueda imaginar. O + O.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                  BERENGUER