La exposición "CADENCIAS" agrupa como si de diversos
acordes musicales se tratara las obras de cuatro artistas muy diferentes.
Una distribución armónica de pinturas y esculturas, que
combinan en su interior ritmo, sucesión y repetición. Las
distintas "cadencias" que acompañan cada obra en función
de su tensión, movimiento, estabilidad, reposo, etc. hacen de la
exposición colectiva un apasionante viaje melódico. En esta
orquesta actúa y se combina la abstracción de las composiciones
geométricas luminosas y coloristas de Sabela Baña, con la
deformación figurativa y misteriosa de las mixturas de Gonzalo
Suárez. La primera defiende la superficie plana y ordenada, mientras
que la segunda apuesta por las densidades y texturas austeras. En este
juego de contrastes es donde Guillermo Fernández-Díez esculpe
la figura humana y Manuel Nieto pinta paisajes. Notas expresionistas de
esculturas y pinturas que intensifican su mensaje a través del
color y la forma
Sabela
Baña
La
artista gallega Sabela Baña realiza un trabajo sobre abstracción
geométrica, mediante el desarrollo de varios elementos modulares
de forma rítmica y colorista. Sus creaciones pictóricas
se caracterizan por un orden interno configurado por la línea
y el color. Estructuras armónicas en las que las figuras y el
color se entrelazan formando combinaciones llenas de dinamismo. Obras
creadas a partir de una línea recta o curva que se entrecruza,
atraviesa, traspasa y entrelaza; dentro de una red espacial compuesta
por un esqueleto cromático de gran intensidad. Una tonalidad
y luminosidad que junto con el juego de la línea unifican y dotan
a las pinturas de movimiento y equilibrio. Cada obra es el resultado
de multitud de combinaciones e interpretaciones, cuya composición
interna está ordenada y guiada por un equilibrio musical, como
si de una partitura pictórica se tratara. Pinturas fruto del
uso de formas geométricas simples combinadas en estructuras subjetivas
sobre espacios irreales, que configuran una retícula cromática
hipnótica.
Guillermo Fernández-Díez
Las esculturas de Guillermo Fernández-Díez tienen todas
un mismo origen, el estudio de la cabeza de una persona creada a partir
del subconsciente. Según nos acercamos su mirada penetrante comienza
el diálogo con el espectador y lentamente describe al artista
que hay detrás del bronce. En la escultura, todas las figuras
pertenecen a recuerdos, vivencias y sentimientos que son canalizados
por las manos del escultor. La idea es clara una cabeza de hombre, pero
nunca existe un modelo o programación previa, dejándose
llevar por el carácter particular de cada obra. Un intenso estudio
que busca atrapar la singularidad del rostro, centrando una máxima
atención en la cuenca de los ojos. Gran parte de la intensidad
se concentra en esa zona, produciendo un marcado misterio y profundidad.
La organización del espacio está lograda mediante una
figura rotunda y la quietud de la pose. Una estabilidad y firmeza de
la disposición del modelo y articulado del espacio que busca
un equilibrio en las formas. Mientras que su factura con un nivel de
acabado medio, crea un efecto de "dinamismo estático".
La movilidad está creada a partir de la convulsa textura de la
escultura, contornos quebradizos que hacen referencia a una vida y naturaleza
escurridiza. Un mundo frágil y efímero.
Manuel
Nieto
La obra pictórica de Manuel Nieto nos adentra en un mundo onírico
creado a través de una pincelada expresionista. Un arte intuitivo
y personal, donde predomina la visión interior del artista frente
a la plasmación de la realidad. Sus paisajes están entendidos
como una sutil deformación de la realidad, que buscan expresar
de forma más subjetiva la naturaleza. Dando primacía a
la expresión de los sentimientos por encima de la descripción
objetiva de la realidad. El color y la línea son utilizados de
un modo temperamental y emotivo, de fuerte contenido simbólico.
Colores violentos que pretenden captar y traslucir el sustrato que subyace
bajo la realidad aparente. Pinturas que reflejan lo inmutable y eterno
de la naturaleza. La gestualidad del trazo y los colores vibrantes crean
un mundo de fantasía y sueño con un trasfondo real que
juega con el misterio. Manuel Nieto presenta una naturaleza libre a
través del uso de colores puros, la exageración del dibujo
y las perspectivas ligeramente forzadas. La naturaleza como gran protagonista
y reflejo su mundo interior.
Gonzalo
Suárez
El lenguaje artístico de Gonzalo Suárez emplea los más
diversos materiales, que unidos a una estructuración ordenada,
un color expresivo y libertad conceptual dotan a sus obras de una dualidad
entre lo abstracto y lo figurativo. Pinturas llenas de misterio que
son el resultado de un gesto espontáneo y donde se fusiona collage
y reciclaje. En la mayoría de sus pinturas triunfan los espacios
y contornos temblorosos en negro, que son acompañados por grises
y colores pastel. Superficies estructuradas mediante manchas de color
de diferentes densidades y texturas. Una magnífica síntesis
constructiva, resultado de armonías austeras que fusionan la
pintura con diferentes materiales y obtienen ricas y atrayentes formas.
El artista se vale del poder simbólico de los materiales de deshecho
utilizados en su obra para lanzar un grito emotivo de protesta hacia
el mundo en el que vivimos. La magia de los elementos utilizados en
la creación artística nos envuelve con sus poderosas texturas
visuales, fruto de un proceso y ejecución perfectamente organizado
de una riqueza extraordinaria